¿Aceptas el riesgo?

Picture1Para un inversor nada es más importante que saber cuándo  abandonar una posición inversora que  evite pérdidas. Aunque esto no es nada fácil de aprender, asimilar o ejecutar, es necesario que el inversor lo tenga presente antes de que sea demasiado tarde y surja el terrible arrepentimiento. Debido a que las personas tenemos la extraordinaria capacidad de distorsionar nuestros propios recuerdos, puede que los inversores que padecieron las crisis de 2008 y 2009 se hayan auto convencido de haber adquirido la suficiente habilidad para sobrevivir ante otra posible crisis. Y el típico “test de tolerancia al riesgo” utilizado por los asesores financieros quizás resulte inútil para predecir el comportamiento y reacción personal ante potenciales pérdidas, debido a que la percepción del riesgo varía significativamente.

Una reciente ola de investigaciones está abordando nuevamente esta paradoja. Un singular estudio, publicado últimamente en la prestigiosa revista Neuroscience, conducido por investigadores de la New York University, University College de Londres, la Universidad de Sídney, la Universidad de Pennsylvania y la Universidad de Yale, ha demostrado que la densidad de células en una de las regiones del cerebro predice la disposición al riesgo financiero de las personas. Los investigadores han podido demostrar el primer vínculo entre la estructura del cerebro y la predisposición al riesgo.

Las personas que tienen más densidad de materia gris en la región parietal posterior presentan mayor tolerancia al riesgo financiero. Los participantes en el experimento con mayor volumen de materia gris en esta área exhibieron menor aversión al riesgo.

Las personas presentan distintos niveles de tolerancia al riesgo. Mientras que algunas no están dispuestas a aceptar riesgos de ningún tipo, a ningún coste, otras exponen su riqueza, salud o seguridad ante el riesgo. Los economistas e investigadores del comportamiento han observado, durante mucho tiempo, las actitudes individuales ante el riesgo, como características fundamentales, conocidas como preferencia o actitud ante el riesgo. A pesar de ello, es complejo extraer bioindicadores estables que caractericen a estos aspectos fundamentales a nivel individual.

En los últimos años se han desarrollado una serie de estudios asistidos por resonancia magnética funcional que han podido vincular con éxito la actividad neuronal en ciertas áreas del cerebro mientras las personas participaban en procesos de decisión específicos en distintas circunstancias de riesgo. Los niveles de actividad en una variedad de regiones cerebrales han demostrado y reflejado la valoración idiosincrática que las personas realizan sobre una serie de recompensas, incluyendo las recompensas financieras inmediatas o diferidas, las recompensas alimenticias y las de tipo social. De hecho, los patrones de actividad en estas áreas pueden utilizarse como predictores de preferencias individuales.

A pesar de estos avances, resulta poco claro si estas preferencias pueden inferirse en forma confiable de las mediciones estructurales del funcionamiento del cerebro, o de las imágenes neuroanatómicas que se obtienen en los estudios típicos de laboratorio que no requieren que los participantes revelen sus preferencias de comportamiento.

Las investigaciones han podido determinar que el volumen de la materia gris en la región del córtex parietal posterior, área asociada al proceso de decisión en animales y seres humanos, predice claramente las preferencias de riesgo. Las personas con mayor volumen de materia gris, en esa área, presentan mayor tolerancia al riesgo financiero. Los hallazgos también sugieren la existencia de un biomarcador simple para las actitudes de riesgo, al menos en una gran parte de las poblaciones observadas en los estudios.

En la investigación se utilizaron técnicas económicas estándares, validadas en trabajos anteriores, para medir el riesgo y actitudes ambiguas y así poder examinar cómo se reflejan en la estructura neuroanatómica.

Las actitudes individuales estimadas para el riesgo y la ambigüedad fueron analizadas mediante morfometría basada en Voxel (VBM) resultando posible identificar que el volumen de materia gris en la región del cortex parietal posterior, junto al surco intraparietal posterior, esta significativamente correlacionada con las actitudes y tolerancia al riesgo. Ningún otro volumen de materia gris en otras regiones ha sido correlacionado, mediante el uso de esta técnica, con la tolerancia al riesgo.

Estos hallazgos han demostrado por primera vez que las preferencias económicas individuales pueden predecirse a partir de las estructuras del cerebro.

Los hallazgos resultan también interesantes cuando se utilizan escalas temporales de largo horizonte o perspectiva, como el desarrollo humano y el envejecimiento, al mismo tiempo que para el estudio de enfermedades y otras condiciones asociadas con el cambio en la estructura cerebral. La cuestión del envejecimiento es asociada con el estrechamiento y reducción de varias áreas corticales, incluyendo las regiones parietales, asimismo que con la disminución de la tolerancia al riesgo. Aunque no se ha podido testar en los estudios, el volumen cortical podría ser un mejor predictor de la preferencia al riesgo que la edad per se. Este biomarcador de preferencias de riesgos también ofrece una oportunidad para vincular una numerosa serie de asociaciones previamente documentada entre aceptación del riesgo y variables como la edad, la salud, la medicación, el abuso de drogas y la experiencia, en una teoría más coherente basada en los fundamentos biológicos de la actitud ante el riesgo.

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El Autor

Roberto Álvarez del Blanco

Es una de las principales autorida- des internacionales en marketing y estrategia de marca. Profesor del IE Business School.

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