Hoy te propongo hacer un ejercicio intelectual, acercándonos a la eudaimonía (palabra de origen griego que describe una vida completa, floreciente, significativa), y que, en síntesis, implica florecimiento humano.

Imaginemos que estamos en el año 1988. Internet o la Resonancia Magnética Funcional todavía no son ubicuas. Tampoco hay teléfonos inteligentes o GPS. La energía fotovoltaica solar no existe y tampoco los autos eléctricos. El mapa del genoma humano no ha sido descubierto aún.

Si la vida ha cambiado tan dramáticamente en los últimos 30 años … ¿Qué sucederá en los próximos 30 años? La humanidad se enfrenta a cambios sin precedentes, y el mundo necesita de nuevas soluciones.

Fueron necesarios 40 años para vender 1.000 millones de ordenadores personales.

Se requirieron 20 años para que hubieran alrededor de 7.000 millones de usuarios de teléfonos móviles.

Solo en 5 años se contabilizaron 1.000 millones de usuarios de tablets.

Para el año 2020, los expertos predicen que una remarcable nueva tecnología estará disponible en 50.000 millones de artilugios.

En los próximos 10 años, ¡la información disponible se multiplicará por 50!

Evidentemente, los cambios serán rápidos y profundos.

En este nuevo contexto la educación y el conocimiento resultarán fundamentales.

Muchos trabajos serán eliminados, pero otros muchos emergerán. Igual sucedió como consecuencia de la Revolución Industrial.

Habrá economías (ahorros) y satisfacciones. La automatización (cero error) eliminarán accidentes y muertes en carreteras que tienen un coste astronómico.

En medicina se evitarán infecciones y enfermedades, y los robots asegurarán suma precisión con intervenciones quirúrgicas menos invasivas.

La inteligencia artificial (IA) y la inteligencia aplicada conectarán al cerebro con ordenadores y máquinas.

Es importante reconocer que, debido a los avances de la automatización y robótica, surgirán nuevas categorías de empleos. Se estima que más del 65% de los niños a nivel mundial que ingresan en la escuela primaria en la actualidad acabarán trabajando en empleos que hoy desconocemos.

En Singularity University se plantean cómo enseñar a las personas a crear valor en esta nueva coyuntura tecnológica. Asimismo, cómo enseñar a las personas a comunicar sus ideas en este nuevo contexto.

Han desarrollado programas de capacitación para niños de 12 años. Se les enseña una nueva manera de pensar para que aprendan a aceptar riesgos, tomar decisiones y enfrentar el fracaso.

Ha llegado el momento de considerar los desafíos tecnológicos seriamente y tener en cuenta aquellos cambios que modificarán la forma de vida y de la actividad económica y de los negocios.

Como seguramente habrás comprobado, la disrupción digital a nivel global avanza rápidamente. Se alimenta de las últimas olas tecnológicas: avances en inteligencia artificial, análisis de datos, robótica, Internet de las Cosas, y por nuevo software que permiten a las plataformas industriales incorporar todas esas nuevas tecnologías. Cada compañía líder lo reconoce, y como resultado los modelos de negocios pueden cambiar drásticamente en todas las industrias.

La disrupción, por definición, significa la transferencia de la rentabilidad relativa de un modelo de negocio a otro. Las compañías líderes, acostumbradas a la forma tradicional de hacer las cosas, pierden cuota de mercado en favor de un nuevo grupo de jugadores. No toda disrupción se debe a los avances tecnológicos, pero en este caso sí que lo es.

Y debido a que el software está impulsando esta transformación puede aplicarse a prácticamente todas las industrias. Los competidores pueden surgir desde muchos espacios económicos. En uno y otro sector, nuevos jugadores están disminuyendo costes, satisfaciendo las necesidades de los clientes con métodos novedosos, mejorando el uso de activos, y atrayendo a personas con conocimientos digitales relevantes, que tienen estilos de trabajo colaborativo, creativo y eficiente.

Habrá que aceptar un mundo diferente, mucho mejor y más sofisticado.

La disciplina de neuromarketing será una activa participante, y acompañará este nuevo renacimiento de la humanidad con el mejor entendimiento de cómo funciona el cerebro (ese órgano tan misterioso) y su implicancia en la toma de decisiones.