Robótica comestible para crear postres sensoriales
Recientemente, combinando una serie de diversas tecnologías con la preparación de platos se ha creado tres postres interactivos que tienen movimiento, producen sonido y refractan luz. Sin duda ofrecen una alternativa muy novedosa al tratamiento de los postres convencionales. La estudiante Erika Marthins de ECAL (Escuela Cantonal de Arte de Lausana, Suiza), ha empleado robótica comestible, tecnología de luminotecnia, e información de digital data para la creación de cada plato.
El proyecto, denominado Déguster l´augmenté, consiste en la realización de un postre gelatinoso móvil, un pirulí luminoso, y un disco de chocolate. Los tres son completamente comestibles ya que carecen de componentes electrónicos en su formulación. Cada pieza que podría describirse como un ¨bocado comprimido de la cultura alimentaria¨ puede ser hecho a la medida para acompañar los distintos sabores en cada cena.
La comida ampliada proporciona fascinantes dimensiones a los platos lo que está permitiendo abrir nuevas y diferentes prácticas a la cocina molecular. Asimismo, permite crear experiencias personales singulares que estimulan el cambio drástico de la idea de comer y de consumir productos alimenticios, además de consolidar una nueva relación con la tecnología.
La primera experiencia gastronómica denominada Dessert a l´Air (Aires de Postre) es un plato animado, que se mueve por tecnología robótica comestible y actuadores de gelatina. Usando solo gelatina y aire, el plato presenta una especie de cubos tridimensionales de color púrpura montados sobre una superficie circular que cuando se mueven semejan tentáculos de pulpo. La experiencia al degustarlo es extraordinaria, única e inolvidable …
El segundo postre incluye un mensaje en el interior de un pirulí (o chupetín como se lo conoce también en diversos países de habla hispana). Cuando la luz resplandece el azúcar refracta para hacer ¨mágicamente¨ visible el mensaje de ¨Luz Azucarada¨ (Lumière Sucrée).
El proceso utilizó algoritmos informáticos para calcular la superficie necesaria para producir la imagen deseada en el pirulí. Ello dio origen a un fichero en 3D que se puede elaborar matemáticamente en la cara exterior del pirulí. Cuando los rayos de luz impactan en la cobertura transparente se redireccionan para crear una imagen en la parte posterior de la superficie.
El último plato es un disco de chocolate, que permite que el comensal además de escuchar música pueda degustar los sonidos. De la misma forma que funciona un disco de vinilo el sonido surge de una serie de surcos en la superficie de chocolate. Cuando una aguja pincha la superficie móvil de chocolate se producen ondas con sonidos agudos.
Cada vez más chefs y diseñadores ponen a prueba su capacidad creativa y de innovación en la alimentación y para crear una mejor experiencia culinaria.
En este caso concreto, se han creado sorprendentes postres kineticos.
Indudablemente, este experimento tiene que ver con los sentidos y cómo se pueden usar las emociones para mejorar los recuerdos y la memoria. Alrededor del 80% de lo que comemos se basa en la memoria, lo que es muy interesante ya que tomamos decisiones sobre alimentación a diario.
Numerosos recuerdos existen el mundo digital. Muchos existen como imágenes y posts en los medios sociales, más que originarse en algo tangible. Por lo tanto, la hipótesis de volver a experimentar recuerdos en forma inmersiva cobra sentido. La cuestión es … ¿se podrían degustar recuerdos específicos?
Los alimentos constituyen una plataforma muy interesante para iniciar esta conversación ya que independientemente de la cultura a la que pertenecemos, o el idioma que utiiicemos para comunicarnos, todos debemos alimentarnos. Es la esencia de la vida humana.
Para ver a la creadora en acción, pulsar en el siguiente link (1:47)
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