Ilusión de la falsa lengua
Un interesante y provocador experimento ha otorgado mayor conocimiento al mundo de las percepciones. Los resultados de este estudio han aportado nuevos conocimientos de cómo el cerebro produce las ilusiones y construye realidades.
El objetivo del estudio se ha enfocado en la boca y sabores, para entender cómo el cerebro combina los inputs provenientes de los distintos sentidos para crear percepciones, teniendo en cuenta la importancia que juegan el tacto, gusto y olfato en la construcción de las experiencias cotidianas. En este experimento, el estudio sobre la lengua ha permitido testar cuatro sentidos: tacto, vista, gusto y olfato mediante el proceso de ¨olfateo retro nasal¨.
En el experimento, se colocó una lengua ficticia construida con latex en un orificio de una caja de cartón . Los participantes colocaron su cara en el extremo opuesto, debiendo sacar su lengua e introducirla por otro orificio. Al mismo tiempo, se incorporó un espejo en el primer orificio, de tal forma que los participantes podían ver unicamente la lengua falsa. Se instruyó a los particapntes que miraran al espejo y mantuvieran su lengua lo más extendida posible, sujetada por la dentadura si fuera necesario.
Los investigadores disponían de dos adhesivos húmedos que colocaron sobre las dos lenguas simultáneamente. Un setenta por ciento de los participantes experimentaron la ilusión: sintieron que la lengua falsa que estaban viendo por el espejo era la suya. El experimento, ha sido confirmado como el primero que estudia la influencia de la visión en las percepciones de un órgano.
En algunos casos, se enseñó a los participantes un limón, y se exprimieron unas gotas sobre la falsa lengua. Al mismo tiempo, con los dedos húmedos con agua, los investigadores tocaron la lengua verdadera. La respuesta obvia de los participantes era de incredulidad, al ver cómo las gotas no sabía a limón.
Este experimento abre las puertas a estudiar cómo el cerebro integra el gusto, aroma, vista y sensaciones táctiles para crear experiencias de sabores. La percepción de sabores ha desempeñado un papel importantísimo en el desarrollo del cerebro humano, al regular el tipo (y cantidad) de alimentos que podemos ingerir. Debemos comer para sobrevivir, y la lengua y los ojos son esenciales en guiar este consumo. Es sabido que la comprensión de cómo el cerebro integra los inputs de estos sentidos permite clarificar la forma en que hemos desarrollado las habilidades importantes del lenguaje, razonamiento y planificación del futuro.
Las aplicaciones prácticas del experimento son variadas. Los resultados de la ilusión de la lengua sugieren la posibilidad de que, en el futuro, se puedan disfrutar de experiencias de sabores fuera del cuerpo. Una persona, usando un artilugio similar a la caja de cartón descrita podrá disfrutar del placer de un helado con sabor a chocolate, pero con cantidad ínfima de calorías. Sería como la receta mágica para los dietistas: poder recomendar alimentos calóricos (patatas fritas, helados) sin que requiera sacrificios.
Un grupo de investigadores japoneses trabajan en un proyecto de realidad virtual y han desarrollado un artilugio que suministra sensaciones visuales y táctiles. Combinándolo con la ilusión de la lengua esperan crear un ¨truco tecnológico¨ que ilusionará al cerebro de que se está disfrutando de ciertos alimentos.
El Museo de Ciencias de Londres exhibirá próximamente el artilugio original usado en el experimento.
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