Aromas para la vida cotidiana

Ya se dispone de un artilugio del tamaño de una tablet que puede colocarse detrás del sofá y emitir aromas para crear un sentido de intimidad y uniformidad. Permite perfumar la casa de forma personalizada y dar un toque singular a todos los ambientes. En Nueva York, un edificio de cinco plantas en el West Village cuenta con cinco sistemas de fragancias, una en cada piso, y los propietarios pueden usar sus artilugios inteligentes para perfumar los espacios con sus fragancias personalizadas de lavanda, geranio y magnolia (ylang-ylang).

Algunas viviendas ya huelen a limón, higo y cardamomo. Otras disponen de sus propias fragancias basadas en notas cítricas y florales. Las marcas de esencias se han trasladado a la sala de estar de los hogares. El uso extendido de aromas flotando en los ambientes de hoteles, museos o complejos urbanísticos se está extendiendo progresivamente con propuestas muy singulares. Por ejemplo, un museo en Miami huele a océano y un complejo urbanístico a pavimento mojado mezclado con aroma floral. La experiencia que suministra es como estar en un spa y el aroma propicia un placer interesante.

Recientemente se ha investigado sobre el efecto de los aromas en el estado de ánimo y comportamiento, descubriéndose el nuevo concepto de «fragancias funcionales» que permiten hacer la vida más llevadera y atractiva en ciertos aspectos. Los resultados han inspirado a hospitales a perfumar sus salas con aroma de pepino que hace que las personas perciban mayores los espacios físicos. Por el contrario, el aroma a barbacoa hace que perceptivamente los espacios físicos parezcan más pequeños.

Se ha descubierto que ciertos aromas florales aumentan la velocidad de aprendizaje un 17 por ciento en todos los grupos de edades investigados (desde primer grado a adultos). Asimismo, se han podido documentar el impacto de los aromas en el atractivo sexual. Por ejemplo, a los hombres les atrae el aroma de lavanda y calabaza, seguido de esencias de rosquillas, pizza de queso y palomas de maíz. A la mujer le atrae el olor a regaliz y magnolia y mucho más la mezcla de aroma de cereza, barbacoa y colonia masculina.

El aroma de vainilla produce el sueño rápido y la lavanda aumenta las ondas alfa. El aroma de capuchino acelera la percepción del tiempo. Con este tipo de información se puede imaginar el diseño del propio hogar para mejorar la funcionalidad o programar las diferentes habitaciones con sus propias experiencias aromáticas.

Esta nueva posibilidad se hace real con el reciente lanzamiento del oPhone, un artilugio que activa cartuchos aromáticos que dispensan una serie de aromas (chocolate y cítricos, pan recién horneado, café recién hecho, entre otros) cuando se recibe un mensaje por la red. La idea es, por ejemplo, disponer de una fotografía (una taza de café) y enviar un correo electrónico, un mensaje de texto o un tweet aromatizado a un amigo. El oPhone, que estará disponible en 2015, acaba de recibir la bienvenida en París y en al Museo de Historia Natural de Nueva York que piensa recrear el aroma de una araña o del habitat de los dinosaurios.

Crear el aroma o fragancia para el hogar es similar al proceso de crear uno para una marca comercial. La audiencia objetivo es la familia. Por lo tanto, hay emociones, colores y estética que deben compaginarse adecuadamente.

El revolucionario Ophone en combinacion con la app de iPhone (oSnap) permite enviar y recibir mensajes electronicos aromatizados

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El Autor

Roberto Álvarez del Blanco

Es una de las principales autorida- des internacionales en marketing y estrategia de marca. Profesor del IE Business School.

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