Aromas provocadores

 

Inspirado en un estudio realizado en Chicago, se ha concebido una nueva fragancia que convierte al hombre en sexualmente atractivo. La mezcla de aromas de tarta de calabaza y lavanda se ha desarrollado para provocar un atractivo romántico. Algunos aromas son naturales, otros contienen feromonas. La proposición de la marca que lo comercializa trata de persuadir su uso para así convertirse en irresistible.

El olfato puede reaccionar más que cualquier otro sentido al estar asociado a la memoria y a las emociones. Por ello, el impacto de ciertas fragancias se mediatiza por las experiencias: el perfume del primer amor, el aroma de la tarta de chocolate hecha por la madre o el olor de un alimento en mal estado que estropea la comida. Asimismo, una misma fragancia puede impresionar de forma diferente a distintas personas. Cuando se aplican, la temperatura de la piel (que interactúa con las bacterias corporales) y la propia biología (incluyendo hábitos de alimentación) afectan al olfato.

La genética también tiene su papel. Algunas personas nacen con un sentido del olfato menos desarrollado. Por ejemplo, a un panel muy amplio de voluntarios se les solicitó que olieran galaxolide (un almizcle sintético que se incluye en numerosos productos de limpieza) y que describieran cómo era su aroma. Prácticamente todos mencionaron “lavado”. Sin embargo, al 10% le resultó imposible oler algo.

En general, las fragancias consideradas sexy’s se basan en almizcle, aroma obtenido de la secreción (como reclamo sexual) de una glándula olorosa particular de un tipo de ciervo asiático (Moschus moschiferus). Dicha secreción se presenta como una masa parda untuosa de olor penetrante.
Tanto el uso como estimulante general que se ha hecho de ella durante años como el olor “muy animal” concurren en su reputación de “potente afrodisíaco que confiere a quien lo usa un sensación de audacia y seguridad”.

 Estos aromas provocan el aumento del flujo sanguíneo en el órgano sexual masculino. Los investigadores han experimentado con hombres conectados a un pletismógrafo (aparato que mide los cambios de volumen en distintas partes corporales) a los que se solicitó que olieran 30 aromas. Todos los aromas que contenían el olor de tarta de calabaza y lavanda tuvieron el mismo efecto de incrementar el flujo sanguíneo en un 40%, seguidos del aroma de rosquillas y de regaliz negro con un incremento del 31,5%.

Los investigadores concluyeron que pueden existir diversas explicaciones para la excitación sexual. Los olores pueden haber contribuido a recordar su plato favorito o la compañera sexual preferida. O quizás, el aroma simplemente produce relajamiento y buen humor. El buen humor conduce numerosas conductas. De hecho, los científicos concuerdan con que la mejor fragancia para resultar sexy (y hacer que los demás lo piensen) es aquella que provoca buen estado de ánimo y excelente humor.

Otras investigaciones demuestran que los humanos tenemos un mecanismo inconsciente para seleccionar la pareja genética adecuada. Mujeres que han olido prendas interiores masculinas transpiradas fueron atraídas al olor del hombre cuyos genes del sistema inmune eran distintos de los suyos, por lo tanto incrementaban las probabilidades de concebir herencia con significativos sistemas inmunes.  La mujer debe ser una excelente “seleccionadora”. En casi todas las especies, la mujer es la que elige a su pareja.

One Response to Aromas provocadores

  • Si, a mi tambien me gusta el olor a libro viejo. Y, a veces, tambien la tinta. Y la pintura pero eso dependiendo de la persona que seas. Hay gente que le gusta el olor a gasolina. Yo opino que huele demasiado fuerte.

El Autor

Roberto Álvarez del Blanco

Es una de las principales autorida- des internacionales en marketing y estrategia de marca. Profesor del IE Business School.

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