Navidad y el cerebro

Picture1Restaurantes, centros comerciales, grandes almacenes, líneas aéreas, jugueterías, perfumerías y la mayoría de las actividades comerciales se benefician de las ventas de Navidad, Año Nuevo y Reyes. Algunos sectores llegan a facturar más el 30 % del total anual sólo en el mes de diciembre. Regalos a familiares y amigos o autorregalos abundan en esta época del año.

El espíritu de la Navidad, se encuentra localizado en el cerebro humano. Este sentimiento generalizado desde siglos se describe comúnmente como sentimientos de alegría y nostalgia mezclados con sentimientos felices, regalos, olores deliciosos, reencuentros familiares y buena comida.

Las investigaciones también demuestran que un número elevado de personas son propensas a mostrar deficiencias en el espíritu de la Navidad. Y se refieren a este fenómeno como el síndrome de ¨embaucamiento del bah!¨. Se vincula, en todo caso a la comprensión de la función del cerebro en las tradiciones culturales festivas.

Una investigación realizada en un hospital afiliado a la Universidad de Copenhague ha intentado localizar el ¨espíritu de la Navidad¨ en el cerebro mediante imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI). En el estudio participaron diez personas que celebran la Navidad y otros diez individuos que vivían en la misma zona, pero que no tenían tradiciones navideñas.

Todos los participantes estaban sanos y no consumieron ponche de huevo o pan de jengibre antes de las exploraciones y a cada uno se le realizó un escáner mientras veía 84 imágenes con gafas de vídeo durante dos segundos cada una y tras seis imágenes consecutivas con un tema de Navidad, había seis imágenes diarias.

Después de las exploraciones, los participantes cumplimentaron un cuestionario sobre sus tradiciones navideñas, sentimientos asociados con la Navidad y el origen étnico.  En función de estos resultados, diez participantes fueron asignados al grupo de la Navidad (los que celebran la Navidad y tenían asociaciones positivas), y diez al grupo afín a la Navidad (aquellos que no la celebran y poseen sentimientos neutrales hacia las festividades).

Las diferencias fueron analizadas en mapas de activación cerebral de las exploraciones de los dos grupos y se identificó la activación cerebral específica de la Navidad. Los resultados mostraron cinco áreas en las que el grupo de la Navidad respondió a las imágenes navideñas con una activación mayor que el grupo afín a la Navidad. Las áreas involucradas fueron el motor izquierdo primario y la corteza premotora, el lóbulo parietal derecho inferior y superior y la corteza somatosensorial primaria bilateral.

Estas áreas cerebrales tradicionalmente han sido asociadas con la espiritualidad, los sentidos somáticos y el reconocimiento de emociones faciales, entre otras funciones. Por ejemplo, se ha demostrado que los lóbulos parietales izquierdo y derecho desempeñan un papel en la autotrascendencia, el rasgo de la personalidad vinculado con la predisposición a la espiritualidad.

Además, la corteza premotora frontal es importante para experimentar emociones  compartidas con los demás mediante la duplicación o la copia de su estado corporal y las neuronas espejo del cortex premotor incluso responden a la observación de las acciones de la ingestión por la boca.

Estos resultados -intrigantes y frescos- explican sólo en parte algo tan mágico y complejo como el espíritu de la Navidad.

Sin embargo, la magia de la Navidad va más allá de sólo la actividad cerebral, ya que además se vincula con el calor de estar juntos y de alegrarnos por tenernos los unos a los otros. Por ello, permítanme queridos amigos, que os dese una maravillosa y muy Feliz Navidad. Asimismo, mis votos por un  saludable, próspero y estimulante año 2016!

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El Autor

Roberto Álvarez del Blanco

Es una de las principales autorida- des internacionales en marketing y estrategia de marca. Profesor del IE Business School.

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