Música en el cerebro, respuesta universal
Los cerebros de distintas personas que escuchan la misma pieza musical responden de forma similar, lo que explicaría porqué la música desempeña un papel tan importante en nuestra existencia social. De hecho, dedicamos una buena cantidad de tiempo a escuchar música, tanto individualmente como en grupo, e incluso a realizar movimientos sincronizados para bailarla. Los estudios demuestran que a pesar de nuestras diferencias individuales en experiencias y preferencias musicales, la música clásica propicia un elevado y consistente patrón de actividad en diversas estructuras cerebrales, incluyendo aquellas involucradas en la planificación del movimiento, memoria y atención.
Mediante el empleo de resonancia magnética funcional (IRMf) se han identificado una red de estructuras cerebrales cuyos niveles de actividad fluctúan y disminuyen según un patrón similar entre los participantes en la investigación, cuando escuchaban música clásica a la que nunca antes habían estado expuestos.
Los grupos mostraron que los centros de planificación motora del cerebro respondían a la música mediante presagios de movimientos que a menudo la suelen acompañar: aplauso, baile, marcha, canto o movimiento de cabeza. La similitud de estos patrones entre los participantes podría jugar un significativo papel en la coordinación social de movimientos.
Adicionalmente, las estructuras del cerebro medio, típicamente consideradas por el pasivo traspaso de una cierta auditoria informativa a los grandes centros de pensamiento del cerebro, son selectivas ante los estímulos musicales.
Esto sugiere que los niveles de los grandes centros los dirigen a emisoras para sintonizarlos como sonidos musicales específicos. Mientras tanto, dos estructuras clave del hemisferio cerebral derecho, complementarias a otras del hemisferio izquierdo (Áreas de Broca y de Geschwind, cruciales para el habla e interpretación del lenguaje) han demostrado sincronización en todos los participantes. Las áreas del hemisferio cerebral derecho localizan los estímulos no lingüísticos como música, de forma similar que el hemisferio izquierdo localiza las secuencias lingüísticas.
La noción que los sujetos sanos respondan de forma similar a sonidos complejos suministra claridad a la idea de cómo los individuos con desórdenes lingüísticos o de fonética (incluso autismo) pueden escuchar y transferir información diferente al de resto de las personas.
A partir de estas consideraciones, tanto a nivel científico como general, se ha otorgado una seria consideración a la posibilidad de que escuchar música (o tomar clases de música) mejoran otras capacidades. Asimismo, de que puede utilizarse como agente de cambio emocional, teniendo en cuenta que la excitación y humor positivo no son idénticos (de hecho descansan en distintos sistemas neuronales).
– Música poco sofisticada o demasiado repetitiva puede interferir, más que aumentar, el razonamiento abstracto.
– La exposición a composiciones musicales elaboradas o complejas activa áreas corticales, similares a las que se utilizan para el razonamiento espacio-temporal, por lo que la performance en áreas espacio-temporales se afecta positivamente por la música.
– La música divertida produce felicidad, entusiasmo; la música triste produce angustia, tormento. La exposición a música movida” tiende a incrementar el ritmo cardíaco y la presión sistólica de la sangre; la música “depresiva” produce el efecto contrario.
– La exposición a música “divertida” mejora la velocidad y persistencia para la realización de diversas tareas. Contrario censo, estados de malhumor o aburrimiento se asocian con bajo rendimiento en una serie de tareas perceptivas, cognitivas y motoras.
– Las emociones negativas disminuyen la eficiencia en el proceso de información, relativas a estados afectivos positivos, pausando restricciones de aprendizaje y performance.
– La intensidad de la música afecta al entusiasmo y al humor, según se evidencia por reacciones galvánicas de la piel, ritmo cardíaco, pulso en los dedos y frecuencia respiratoria.
– La música clásica ha probado ser efectiva para disminuir el vandalismo en parques públicos, tiendas de 24 horas, aparcamientos y parques en Canadá.
– Datos obtenidos en el metro de Londres indican que cuando la música clásica era emitida por los altavoces de los trenes los robos disminuían el 33 por ciento, los asaltos al personal el 25 por ciento y el vandalismo a los trenes y estaciones el 37 por ciento.
Recent Comments